7/3/11

Sobre el uso de los Villanos Disney como chivos expiatorios

Con este ensayo me recibo de la facultad. Pija-teta-culo-concha


             Disney fue el máximo narrador infantil del siglo XX. Mientras que las versiones de Charles Perrault y los Hermanos Grimm compitieron entre sí en el mercado del cuento de hadas, Walt Disney no tuvo durante el siglo XX un rival digno de su poder.
Poder es una palabra clave a la hora de hablar The Walt Disney Company.
Si lo pensamos por un segundo, veremos que ninguna otra compañía ha calado tan profundo en nuestra crianza. Nos ha instruido sobre cultura, moral, historia, política, razas, sexualidad y justicia a través de canciones e imágenes mágicas que todos amamos (y un merchandasing agresivamente inagotable).

Las primeras representaciones que recibimos de la sociedad y sus valores nos las dan las películas de Disney.
Justamente, pretendo centrarme en la representación que hacen sus películas de la violencia, en como mediante la figura del Villano Disney libera al status quo de cualquier responsabilidad sobre la existencia de la criminalidad al reducirla a la expresión de una maldad aislada de cualquier contexto social, inherente a estos personajes e inmodificable, lo que impide la reinserción del Villano en la sociedad y deja como única opción su confinamiento o aniquilación.

Entendamos que Disney forma y es formado por el estilo de vida americano en un proceso dinámico. Representa sus ideales culturales al mismo tiempo que  contribuye a forjarlos, afectando a la visión de la sociedad sobre sí misma.
 Así nos ha definido grupos sociales y culturales, nos ha definido que las autoridades establecidas son buenas, que el amor es sagrado y heterosexual, que la familia de sangre es buena pero la postiza suele ser mala, que el éxito para las chicas consiste en encontrar un hombre hermoso que las despose y así una larga lista.
Nuevamente, los valores morales que Disney establece van cambiando con la sociedad misma. Es por eso que, por ejemplo, ha pasado de representar a los Villanos con estereotipos xenófobos y racistas durante el MacCarthismo –como los indios de Peter Pan (1953) o los gatos siameses de La Dama y el Vagabundo (1955)- a tener una seguidilla de héroes y heroínas no caucásicos en las últimas dos décadas, teniendo como último exponente a La Princesa y el Sapo (2009), estrenada el mismo año en que Obama asumió la presidencia de los Estados Unidos y donde por primera vez en la filmografía de Disney el protagonismo es de los afroaméricanos.


Sin embargo, por más cambios que presente en su discurso hay un punto en el cual Disney jamás daría el brazo a torcer, el pilar de todo su emporio: la niñez es tiempo de alegría e inocencia.
         Henry Giroux  plantea que la Walt Disney Company ha monopolizado el concepto de inocencia. El otro lado de la moneda es que esto concede a Disney también definir qué hace a alguien no inocente.

Hoy la compañía agrupa a la gran mayoría de los personajes de sus producciones habidas y por haber en cuatro franquicias.
Primero está Príncipes Disney, formada básicamente por todos los personajes masculinos protagonistas de la trama romántica de la película de turno.
De sus novias se encarga Princesas Disney, la segunda de las franquicias.
Luego está Hadas Disney, que es algo más raro porque no tiene mucha base en las películas sino que gira en torno al personaje de Campanita que, dicho sea de paso, su nombre oficial en Latinoamérica ahora es Tinker Bell.
Por último están los Villanos Disney: los no inocentes de Disney. Los Villanos Disney tienen el monopolio del mal en este Universo, ningún personaje puede hacer una mala acción si no pertenece a esta franquicia (salvando el caso de que se encuentre bajo el influjo de alguno de ellos). 
Los más populares son Cruella De Vil de 101 Dálmatas, Úrsula de La Sirenita, Jafar de Aladdin, Scar de El Rey León, La Reina Malvada de Blancanieves, Hades de Hércules y la peor de todas, el mal puro, Maléfica de La Bella Durmiente. Sin embargo la franquicia es mucho más abarcadora, englobando también a varios secuaces como ser Banzai, Ed y Shenzi, las hienas de El Rey León, a personajes menos recordados como ser Chernabog.
Chernabog, a quien probablemente nadie pueda recordar de nombre, protagoniza el episodio de Una Noche en el Monte Calvo en el largometraje Fantasía (1940). En el mismo engaña a toda una aldea haciéndoles creer que sus alas son una montaña para luego revelarse como un demonio negro gigantesco  que comanda espíritus y devora vírgenes... No sería ir demasiado lejos afirmar que Disney ha incorporado a su franquicia al mismísimo diablo, de hecho así describió a este personaje el propio Walt Disney. Satanás es un Villano Disney.
Y tiene un merchandising divino

Los Villanos Disney personifican el Mal total y definitivo. Son malos y nada más que eso, no hay mucho oculto tras esa fachada de maldad. Son inevitablemente malvados, inherentemente sádicos, envidiosos, locos. No sólo no poseen ninguna característica que los redima sino que la redención les está negada. 

Sus encarnaciones pueden ser muy variadas, sus motivos y personalidades. Pueden ser humorísticos cómo Hades (Hércules,1997) o Úrsula (La Sirenita, 1989), pero ninguno de los Villanos tiene una pizca de bondad que los pueda hacer arrepentir sobre su obrar.
Este paradigma del Villano puro permanece vigente y prácticamente intachable en toda su filmografía[i]. Recién setenta y tres años después de su primer largometraje animado Disney hace el primer gesto inconfundible por humanizar a uno de sus Villanos en Toy Story 3. Sin embargo, con este retrato del Villano en cuestión, Lotso, se termina de revelar lo rígido e intransigente de su postura.
Lotso, el oso capo mafia de la guardería, no nació malo sino que adquirió su maldad casi accidentalmente. De joven fue olvidado en un picnic por los padres de su dueña. Sin que le sea fácil, logra volver a su casa sólo para encontrarse con que ha sido reemplazado por un doble idéntico suyo. A partir de ese momento su corazón se oscureció por completo.
Sin lugar a duda, esta subtrama propia otorga a Lotso una tridimensionalidad nueva, nunca antes vista en un Villano Disney. Por primera vez, la maldad no es innata sino adquirida. ¿Pero aporta esto un cambio sincero?
¿Y por qué tenía TANTAS ganas de ir a ese bautismo, eh?
En potencia, sí: al haber conocido la bondad y haberse envenenado de él siendo ya un joven adulto, no es ridículo suponer que Lotso posea la capacidad de redimirse. Es una posibilidad que el espectador siente  presente hasta último momento, algo inconcebible en, por ejemplo, Maléfica, que convertida en dragón lucha hasta su muerte sólo por no haber sido invitada a un bautismo dieciséis años atrás...
Sin embargo, en la práctica, no cambia nada: Lotso no se redime.
En el último tramo de la película  sorprende al espectador y a los héroes al elegir salvarse únicamente a sí mismo y también enviar a los héroes al incinerador. Y no sólo ya ha sido perdonado por Woody y sus amigos e incluido en su grupo, por lo que está a salvo de cualquier posible represalia,  sino que ni siquiera recibe ningún tipo de beneficio como resultante de su acto de traición (después de todo, ninguno de los muñecos de Andy planeaba volver a la guardería, por lo que su posición social habría quedado intacta).
Lotso realiza el mal por el mal, ni siquiera se lo puede disfrazar como venganza ya que no está humillado ni desea recuperar nada de nadie. E incluso al dársele la oportunidad de redimirse decide reincidir. Podemos ver claramente en su cara el momento en el cual Lotso evalúa la situación y decide enviar a quienes  lo trataron de la forma más humana, sincera y sensible en que se podría tratar a un criminal de su calibre a la mismísima boca del infierno. 
El Villano muere Villano y nada puede hacerlo cambiar. 
Disney sigue fiel a la creencia más cuestionada del maniqueísmo, el otorgarle una entidad propia al mal. El Mal existe de por sí y absolutamente. Es el par newtoniano del Bien con el cual el Universo se equilibra. Y este Mal son los Villanos Disney.
 Todos mantienen una base común. Son ambiciosos, egoístas, ególatras, manipuladores, crueles, apáticos... Y pertenecen a la clase alta.
Si bien varios análisis sociológicos contemporáneos podrían demostrar que el grueso del crimen nace de la marginación, el contraste social y entorno violento, los Villanos Disney no conocen el hambre. Se encuentran en posiciones elevadas en lo social, económico y/o político. Sus motores son la envidia, la codicia, el exceso… Ellos mismos.
         La maldad es intrínseca al Villano. Los crímenes son cometidos por gente mala y esa maldad no tiene nada que ver con las condiciones sociales, sobre todo no con la pobreza. Ese es el discurso oficial de The Walt Disney Company en lo que a crimen y violencia incumba.
Por supuesto, la pobreza existe en el Mundo Disney, pero cuando aparece –si es que lo hace  – lo hace encarnada en héroes virtuosos que no hacen más que robar para el bien. Robin Hood roba a los ricos para alimentar a los pobres y Aladdin canta “comer para vivir, robar para comer”. Es una pobreza light y su estilo de vida resulta jocoso antes que criminal.
Entonces, la injusticia social, la marginación y la pobreza no son puestas en tela de juicio  en ningún momento. El público no debería sentir durante la película la necesidad de cuestionarse si una redistribución de la riqueza disminuiría el crimen ya que los Villanos son ricos.
Bueno
Malo
        

















            ¿Y qué les sucede a los Villanos Disney hacia el final del filme? Gran parte muere, en su totalidad sufren un castigo cinematográficamente espantoso. Y una vez que el Villano ha sido correctamente ajusticiado el mundo pasa a ser un paraíso pleno sin ninguna escala.
Recordemos a Úrsula, la Bruja del Mar. En el clímax de La Sirenita consigue el tridente de Tritón, el cual le permite volverse gigante y superpoderosa sólo para ser empalada por el príncipe con su barco y luego recibir rayo encima, lo que la hace agonizar, gritar y morir. En la siguiente escena ya todos son felices, se casan Ariel y el príncipe, congenian el reino humano con el sirénido...
Lo mismo sucede, por citar un ejemplo, en El Rey León. Luego de una lucha en la cual Scar vuelve a demostrar su bajeza, Simba sin quererlo lo arroja por un peñasco y Scar debe verse cara a cara con las hienas, a quienes hace instantes acaba de achacar la culpa de todos los males del reino y encima lo oyeron hacerlo. Lo devoran vivo y luego el bienestar vuelve a la selva. Las plantas resurgen, el río deja de estar seco. Todo esto sin necesidad de un período de recuperación ni nada.
Ya no existe el Mal, se ha erradicado para siempre sólo con la neutralización del Villano. Una vez que desaparece, todo el resto puede vivir feliz por siempre. No importa que los estados dentro de Estados Unidos que avalan la pena de muerte tengan tasas de crímenes violentos más elevadas que los estados que no, en Disneyworld la pena de muerte trae la felicidad.
 Y si por algún capricho del azar el Villano de turno no recibe la pena de muerte, lo más probable es que reciba cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, como sucede, por ejemplo, en el caso de Lotso, atado al radiador de un camión bajo el sol abrasante por el resto de sus días.

Esas son las dos opciones que se trabajan para el grueso de los Villanos en el universo Disney.  La conclusión que extraen estos filmes es que la sociedad estaría mejor deshaciéndose para siempre de sus criminales. Hablando mal y pronto, los criminales son malos e irreformables y matarlos, o por lo menos echarlos lejos para siempre, trae el bienestar general inmediato.
Al individualizar la criminalidad y explicarla por características propias a la personalidad del Villano de turno Disney desestima a la violencia como problema estructural de la sociedad y niega cualquier influencia de la disparidad social en la aparición de la misma.
Las causas reales son sustituidas por representaciones estilizadas que terminan validando las estructuras de dominación al satisfacer el deseo del espectador de ver en pantalla el triunfo del bien sobre el mal.
La única exigencia nos incita a tener Disney hacia las el status quo es la de una mano más dura en su trato con los criminales, si es que nos incita a tener alguna.





[i] Tomando en cuenta sólo a las películas estrenadas en cine y no a las secuelas de video o televisión y a los Villanos centrales, ya que algunos secuaces pasan a formar parte del bando de los héroes como en el caso de Jago, el loro de Jaffar en Aladdin o Percy, el perro del Gobernador Ratcliffe en Pocahontas

3 comentarios:

  1. Interesante reporte. También tengo entendido que Disney Corporation intentó comprar los derechos de Studio Ghibli de Miyazaki: sus dibujos son mas Power y con mas poesía que esas brutalidades... supongo que los conocen.

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  2. Es interesante la mirada; la mayoría de las cosas que decís no las había tenido en cuenta. Aunque uno siempre huele algo detrás de Disney y su maquinaria.
    Supongo que el ensayo te permitió recibirte en la universidad esa ja.

    Saludos

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  3. Disney es solo un reflejo de la sociedad y la cultura en la que fue creado. Empieza en los 30s. Y tiene la inocencia de los años posteriores. Recurre a estereotipos para simplificar ciertas cuestiones. Los primeros dibujos son de un heroe, mickey, un villano que esta modificando la paz... y hay que restituirla. Hay varias apreciaciones dejadas de lado en lo que escribiste... No es muy objetivo lo que decis... Hay otras cuestiones importantes. Disney tiene valores muy altos en cuanto a la pureza de los heroes, la conciencia de sus actos, la madurez, la confianza en uno mismo, la perseverancia, la paciencia y la sinceridad... Todos se muestran vulnerables y con busquedad internas propias. Todos se muestran con inquietudes y son bastante puros. Se sorprenden facilmente y estan abiertos a los conocimientos y las experiencias que se les van presentando. Van aprendiendo de si mismos. Algunos tardan en darse cuenta quien es el villano en desconfiar de el. Es como que se les presenta una situacion que les muestra cierta adversidad que tienen que superar. En cambio los villanos, cerraron una puerta hace tiempo. Y no se trata de querer cambiarlos... se trata de aceptarlo, tener que aceptar que vendran adversidades... Cosas inevitables. Porque asi es. No porque ellos esten queriendo construir un mundo en donde reine la paz y no exista la maldad. El heroe lucha, sigue, se la banca y le va bien. El villano hace lo mismo y le va mal. Porque? Eso esta ahi. Y si son marginados los villanos.. marginados sociales y tienen problemas de adaptacion con los que no saben lidiar, tienen problemas de amor propio. Todos, la codicia y el egoismo son solo expresiones de sus problemas. Tiene varias visiones humanas mucho mas complejas que lo que planteas. La manera en la que lo simplifican es bastante pura... La destruccion y la malicia esta en la naturaleza del hombre. Asi como la bondad. La bondad y la belleza en Disney van de la mano... Pero el fuego verde de malefica es hermoso aun. No es tremendamente horrible como el demonio de la princesa mononoke. Son dos culturas diferentes, planteando el contraste, el bien y el mal... pero desde diferentes puntos, con diferentes significados y busquedas... Por ahi hasta uno con mas madurez que el otro. Pero la belleza de las ilustraciones y la expresion de los personajes es casi siempre la misma... La busqueda de la pureza de alma y la erradicacion del mal... La restitucion de la paz, descontaminar... Es casi como una busqueda interna de cada ser humano. Me parece bastante logico lo que plantea Disney, mas para chicos... Estas cuestiones al estar personificadas, son bastante exageradas, no hay tales heroes, tan puros y valerosos. Y tampoco hay tales villanos, tan viles y despiadados. No entiendo igual porque las esteticas estan tan marcadas. Es basico y ahi pierde algunas cosas, se nota... No plantea una vision del todo realista. Pero si una respresentacion interna. Lo cierto es que Disney va cambiando al ritmo de su entorno. Como toda creacion, se basa en la realidad. Pero tambien hay temas sociales actuales todavia en cuestion. Y hay una marca cultural imborrable, eso es asi. No creo que manden todos esos mensajes que enumeraste con un fin determinado, sino mas bien como una expresion inevitable de su propia cultura tambien. Al menos no creo en la teoria de que lavan los cerebros de esa manera... Vi disney toda mi vida, y admiro la pureza de los personajes. Que no haya complejidades psicologicas muy profundizadas. Que sepan resumirlo en la responsabilidad de los actos y en que las elecciones son importantes. Y que elegir hacer el mal, nunca tiene un buen fin. A mi me parece bastante objetivo. Con algunas excepciones obvio. Alguna muertes son fuertes. Y algunas cuestiones de estetica todavia siguen demasiado estereotipadas. Y todavia no entiendo porque no se abren a la homosexualidad. Pero es parte de que social y culturalmente todavia se estan rompiendo algunas barreras. Pero, no estoy ciega, algunas cosas si son descuidadas y un poco superficiales.
    Perdón si me excedi un poco. Nice blog.
    Saludos :)

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